Resumen de la cronología religiosa

El Génesis

Por encima de los cielos y el cosmos, existieron dos seres llamados Los Arekhi, Oaknu y Katsekarni, quienes dieron luz al universo. Estos hermanos estaban formados por los elementos de la tierra y el cielo, su mente era energía y su corazón, el fuego de los soles. Ambos se enfrentaban en batallas caóticas y violentas. La energía vital que contenían era explosiva y, al mezclarse, creaban vórtices inestables que tardaban eones en estabilizarse. De estas luchas surgieron nebulosas que con el tiempo formaron parte del cosmos.

Después de innumerables enfrentamientos, Oaknu y Katsekarni se destruyeron mutuamente en un evento que dispersó su materia por todo el universo, formando un sistema solar.

En uno de los planetas, el tercero desde el sol, el alma de ambos se mezcló en su núcleo. Al principio, su coexistencia causaba terremotos y erupciones, pero con el tiempo aprendieron a convivir, dando forma a la Tierra primitiva.

Los vástagos de los Arekhi

La convergencia de las fuerzas energéticas generadas por los primeros impactos no solo creó cuerpos celestes, sino que también sembró la semilla de nuevas formas de conciencia. Esos cuerpos celestes, nacidos de los enfrentamientos entre Oaknu y Katsekarni, fueron influenciados por la esencia de los Arekhi al destruirse, y se transformaron en los nuevos gobernantes del universo: Los Guardianes.

Estos seres colosales, conectados por la conciencia y fuerza de sus creadores, se unieron fácilmente. Se cree que los Guardianes son la fusión del alma y cuerpo de los Arekhi, divididos en ocho partes, cada una dominada por un sentimiento como odio, amor, ira, etc.

El Concilio Divino

La verdadera naturaleza de los Guardianes es desconocida para los mortales, pero se sabe que compartían una conciencia colectiva. Reunidos en Arekhar, donde descansaba el corazón de Oaknu y Katsekarni, decidieron estabilizar el planeta, que sufría cambios geológicos constantes. En un concilio, los Guardianes crearon un idioma y se dieron nombres: Orwhn, Tribak, Kutzakel, Memron, Oaghmar, Kragna, Uishvajhy y Bjorg. Orwhn, lleno de odio por la derrota de Katsekarni, fue el primero en nacer, mientras que Bjorg, el último, no compartía ese resentimiento.

Decidieron proteger Arekhar, aunque no sabían de qué. Oaghmar endureció la corteza del planeta con metales únicos, causando un caos geológico que duró milenios, mientras Bjorg comenzó a limpiar la superficie, eliminando gases y ácidos, y creando agua y las primeras formas de vida.

Orwhn, lleno de odio, se rebeló, intentando destruir Arekhar y separar el alma de los primigenios. Sus hermanos se unieron para detenerlo, mientras Kutzakel protegía a Bjorg, quien siguió creando vida durante mil años, transformando la tierra en un lugar habitable.

Finalmente, Orwhn fue derrotado y desterrado al océano. Tras su encierro, Bjorg, profundamente cambiado por su obra y el tiempo, se retiró en soledad para completar su última creación.

Las Primeras Creaciones

Mientras Bjorg se recluía para finalizar su obra, sus hermanos, incluidos los más hostiles, admiraban la vida que había creado. Fascinados por su belleza, los Guardianes comenzaron a debatir la necesidad de crear seres pensantes que valoraran y protegieran este nuevo mundo, separándose en dos grupos con distintas visiones.

Tribak creó a Cimara, la primera Edra, una figura esbelta y delicada que engendró miles de Edras en los bosques. Memron, en contraste, creó a Takhhamakar, el primer Grog, una criatura fuerte y temible para proteger el mundo de las futuras amenazas de Orwhn.

Tribak, buscando balance entre delicadeza y fuerza, creó a Efesaahr, el primer Kutae, mientras que Memron, sintiéndose desafiado, creó a Khnull, el primer Tektaly, para destruir las creaciones de los Kutae. Sin embargo, con el tiempo, los Tektaly se mezclaron con los Kutae, desafiando el propósito original de su creador.

Los Deseos de la Tierra

Cuando las primeras especies formaron comunidades, comenzaron a extraer recursos de la tierra de manera creciente, lo que eventualmente desató la ira de Oaghmar. Las canteras y excavaciones dañaron la corteza terrestre, provocando que Oaghmar causara terremotos. Tribak y Memron vieron a sus descendientes sufrir y confrontaron a Oaghmar, pero él amenazó con destruir la vida en la tierra si no detenían las extracciones, argumentando que su misión era proteger el equilibrio del planeta.

Ante su advertencia, Tribak y Memron accedieron a parar, pero pidieron compensaciones por las pérdidas sufridas. Oaghmar, frustrado y malentendido, solicitó tiempo para encontrar una solución que demostrara la necesidad de respetar la tierra.

Oaghmar creó a los Morgs y los Mahan. Los Morgs, criaturas robustas y subterráneas, fueron expertos en trabajar con rocas y minerales. Los Mahan, seres grandes y peludos, vivían en las montañas, cultivaban y criaban animales, con el poder de sanar la naturaleza. Ambas especies fueron creadas para proteger y respetar la tierra en sus respectivos dominios.

Oaghmar presentó a Mordhaim, primer Morg, y Ushu, primer Mahan, a sus hermanos. Les explicó que ellos decidirían quién podría acceder a los recursos de la tierra. Tribak aceptó la propuesta, pero Memron, sintiéndose traicionado, envenenó la mente de los Grogs, incitando odio eterno hacia los Morgs. Esta enemistad afectó las relaciones entre especies, pero los Morgs encontraron aliados entre otros descendientes de Memron.

Los buscadores de la Libertad

Kragna, nacida de los vestigios de Oaknu, no comprendía por qué las creaciones de sus hermanos eran tan armoniosas. Quería romper esos lazos creando seres que fomentaran el caos. A diferencia de sus hermanos, primero aseguró la supervivencia de sus criaturas creando la luna Teuk, la cual puso en órbita junto a la ya existente Mirm. Trabajando en la oscuridad de Teuk, Kragna creó a Skigga, el primer Indestructible, un ser hecho de oscuridad con habilidades de combate y sigilo, capaz de leer los movimientos de sus adversarios.

Mientras tanto, Uishvajhy, inspirado por la creación de Teuk, intentó recolectar la esencia mágica del cosmos, pero esta se rebeló, dispersándose por Arekhar y siendo nombrada Dominus. Aun asi, por accidente, le da vida a Teuken, un ser superior en materia del manejo de la magia.

Después de su intento fallido, Uishvajhy, junto con Kragna, crearon a Kutkualkhe, el primer Kani, una criatura aventurera y resistente, destinada a explorar el ocultismo y vivir en armonía con la naturaleza. Kragna también creó a Shaii, la primera Aggir, una criatura bella y manipuladora que utilizaba su encanto para llevar a los mortales a la ruina. Ambas especies tenían como misión influir en el destino de las creaciones de sus hermanos, ya fuera para proteger o destruir.

Uishvajhy, preocupado por la falta de comunicación entre las especies, creó a Arakay, la primera Hassak, un ser carismático destinado a ser mediador entre tribus y fomentar la paz. Este Guardián, inspirado por la creación de su hermano Bjorg, desarrolló una profunda aversión hacia las actitudes destructivas de los mortales, llevándolo a crear seres destinados a regular su comportamiento, como Klierg, el primer Vignahmar, encargado de proteger los bosques y ríos.

Por último, Uishvajhy creó a Khan, el primer Orugh, un ser astuto y rápido destinado a acechar y castigar a los mortales. Mientras tanto, Kragna, aprovechando el caos, dio vida a Ahnme, el primer Udhaar o Cambiaformas, quien poseía la capacidad de adoptar la forma de cualquier criatura al beber su sangre. Con estas creaciones, los Guardianes continuaban dando forma a un mundo en constante conflicto y transformación.

La Gran Cacería

Uishvajhy y Kragna causaron inquietud en Tribak y Memron al crear amenazas para sus obras. Cuando Uishvajhy regresó, sus hermanos intentaron atraparlo, pero él escapó y decidió renunciar a su aura celestial, adoptando una forma terrenal para buscar la paz. Memron vio su huida como una declaración de guerra, ordenando a sus creaciones desconfiar de las de sus hermanos y comprometiéndose a cazarlos eternamente. Kragna, observando desde las sombras, se retiró a las cavernas, llenándolas de trampas y tesoros mortales. Finalmente, Tribak, reflexionando en paz, decidió que su misión había terminado, dividiendo su cuerpo entre el sol y la luna para seguir cuidando sus creaciones desde ambos cielos.

Las Ultimas Palabras de Bjorg

Cuando todos los hermanos creadores se reunieron, Bjorg emergió de las dunas lejanas y fue bien recibido. Al hablar, Bjorg propuso nuevas ideas que sus hermanos no habían considerado, cerrando ciclos importantes. Dio prioridad al Tiempo, otorgándole a Kutzakel el poder de ser el Amo del Tiempo y regularlo para evitar su abuso por quienes manipularan el Dominus. Además, Bjorg creó un libro místico llamado Sammus-Rem, que contenía la historia del universo y solo podía ser leído por los Igríts, mortales bendecidos que, al morir, servirían como mediadores y registradores de los eventos universales.

Las Realidades Conocidas

Bjorg anunció a sus hermanos que había estado ausente porque, mientras ellos creaban criaturas para habitar la tierra, él había creado tres planos celestiales. Estos planos seguían las mismas reglas del planeta, demostrando su genialidad y poder, haciéndolo el Guardián más poderoso. Los tres planos fueron:

La Bóveda Celeste, donde habitarían las primeras criaturas de los Guardianes, capaces de bendecir a los mortales. El Todo, un mundo caótico lleno de elementos en conflicto, hogar de los Igríts. El Limbo, una tierra árida donde Bjorg juzgaría a los mortales buscando redención o reencarnación.

La misión de Bjorg

Bjorg asumió la responsabilidad de regular la vida y la muerte, argumentando que sin él, la tierra no existiría. Establecido en un llano de El Limbo, abrió una puerta dimensional por la que entrarían las almas de los mortales para ser juzgadas. El Juicio determinaría su destino:

Redención: Las almas irían a la Bóveda Celeste, sirviendo a los Primeros para ganar la paz entre las estrellas. Reencarnación: Aquellos que hicieron grandes actos en vida podían regresar a la tierra, sin recuerdos, para continuar su misión. Exilio: Las almas codiciosas o destructivas vagarían eternamente en El Limbo, convirtiéndose en sombras sufrientes.

El Fin de los Guardianes

Los Guardianes se retiraron para dedicarse a sus tareas celestiales, alejándose de las criaturas y creaciones que habitaron la tierra. Con el tiempo, los Primeros (las primeras criaturas de cada especie) perecieron debido a la edad o las guerras, y fueron a la Bóveda Celeste, donde contemplaban el universo de manera divina. Las especies mortales mantuvieron el recuerdo de los Primeros y los Guardianes a través de la palabra, los mitos y los antiguos escritos que relataban sus hazañas desde los inicios del tiempo.