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Edad del Despertar

Para el año 837 de la Primera Era, el mundo ya había sido descubierto por completo. Cada porción de tierra había sido nombrada en un mapa, sea de un reino de Gromme o de Oxx. Cada especie hablaba su propio idioma e incluso cada reinado tenía su propia forma de comunicarse. Si bien un Kutae de Las Tierras Negras podía distinguirse similar a un Kutae de Nuerender, vestían ropas muy diferentes, hablaban un idioma muy distinto y sus facciones no guardaban ninguna similitud.

Para la diferencia de idiomas, existían los Hassak, quienes se encargaban de intermediar en las disputas, para que incluso los Kutaes de dos reinos totalmente opuestos se entendieran. Pero había un idioma que nadie hablaba, que nadie conocía, pero que todos habían visto alguna vez, lo habían replicado tal vez creyendo que eran símbolos sagrados, pero nunca llegó a comprenderse del todo. Esta lengua, desconocida, se atribuye a una entidad divina de la cual se sabe poco: Teuken, el Silencioso.

Las palabras y símbolos que el Dios de la Magia había escrito, habían mutado la materia de tal forma, que, por algún motivo desconocido, era más resiste y vibraba tenuemente. A los ojos de mortales, estos objetos eran considerados “poderosos”, pero se desconocía absolutamente el poder que guardaban o la utilidad que pudiese darle. Por ello, mucha de esta materia prima y lugares de interés, fueron guardados y protegidos por cleros, con reliquias y sitios sagrados, respectivamente.

No fue hasta el año 838, que, por causas desconocidas, el mundo descubrió no solo el significado de esos símbolos, sino que además cómo replicarlos y utilizarlos. Algunos atribuyen este hecho a los Cazadores del Domnius, conocidos como Eners, quienes adoran al dios Teuken y buscan constantemente llegar a él de diversas formas. Otra teoría, habla de que el mismo Uishvajhy, quien había renunciado a su poder, pero no había perdido su conocimiento y su inmortalidad, quiso que el mundo comprendiera mejor lo que Teuken trataba de decirle, y le enseñó a los mortales a comprender su lamento.

Ese momento marcó un hito en la historia y el desarrollo que el mundo estaba teniendo. La Edad de los Cambios pasó a segundo plano, y la nueva carrera tecnológica y científica, apartaba el conocimiento experimental de la materia mundana, para centrarse en la materia mágica, el estudio de las runas, los efectos de las mismas y las diversas combinaciones que podían lograrse. Los lugares sagrados fueron profanados para ser materia de estudio de los diferentes reinos, y las reliquias, sacrificadas, para alimentar la maquinaria incesante e insaciable del progreso.

Si bien, para el año 158 de la Segunda Era, todo el conocimiento ancestral obtenido del dios Teuken había sido comprendido, explorado, replicado y escrito, el mismo solo pertenecía a los Lores y Consejeros Reales de las diversas naciones. El analfabetismo mágico era algo bastante común en gran parte del mundo, y se desconocía una forma de hacer llegar a dichos símbolos de forma sencilla a la plebe, principalmente porque ningún material mundano podía soportar que se escribiera sobre sí los símbolos mágicos. Lo escrito, se logró forjando difícilmente ciertos metales mágicos, para formar placas especiales que podían contener dicho conocimiento, y las cuales, permanecían ocultas en los diversos reinos.

Edad de los Descubrimientos

Para el año 311 de la Segunda Era, el mundo tenía una nueva misión: conocer que otras cosas habían sido ocultas a simple vista de sus ojos. La conciencia de que los Guardianes podrían haber dejado más cosas ocultas de las que se sabía, comenzó a ser una idea que lentamente fue perforando los cráneos de los codiciosos mortales, al punto de abandonar escaramuzas, campañas e incluso grandes producciones, con tal de brindar lo necesario a exploradores y conquistadores, para que estos se aventuraran en largas travesías para descubrir dichos secretos.

A la par, la carrera tecnológica mágica seguía creciendo día a día, y lo que en años anterior parecía imposible, eran sueños cumplidos en ese momento. Toda idea que cualquier persona deseara plantear, por más descabellada que fuese, era bien pagada y apoyada por las arcas de cada reino, para seguir creciendo. Sabios, científicos, alquimistas, exploradores, mercenarios y viajeros, hicieron fortunas con sus diversas investigaciones, por más mínimo que fuese el resultado obtenido.

La locura por los avances, la fama y el poder, comenzaron a nublar la mente de las personas, haciendo que obstáculos impensables, como una cuadrilla de Indestructibles, nacidos de la misma Kragna, fuesen más que una muerte inminente, un claro mensaje de que, por la cantidad que eran, debían de resguardar algo llamativamente poderoso. Ese valor intrépido, pero bien remunerado, llevó a los reinos a conocer nuevas formas de trabajar la materia y modificarla, con magia, para volverla más poderosa, más resistente y más moldeable. Con el pasar de los años, cada reino comenzó a crear consejos únicamente conformados por eruditos mágicos, estudiosos y científicos, los cuales ganaron no solo renombre, sino también títulos nobles.

Para fines del año 511, exactamente doscientos años tras el fin de la Edad del Despertar, cada reino del mundo tenía un Rey o Emperador, un Archimago y una corte, conformada en su gran mayoría por terratenientes, generales de guerra y un número bastante superior de magos, quienes se encargaban de traducir, filtrar y comprender todo el conocimiento mágico nuevo o viejo que se presentase con el paso del tiempo.

Fueron tres eventos dispersos, pero de suma importancia, que marcaron el comienzo de la Tercera Edad, y el comienzo de la Tercera Era: el cumplimiento de las profecías de Méfires sobre los Dioses Caminantes, los catastróficos actos causados por los seguidores del culto a Kog’Madra sobre el plano real y finalmente, el egoísmo de Ur’Jay, que llevó al mundo a quedar a la merced de Orwhn, El Exiliado.

Edad de los Cambios

Mefires Galrag

Fue un filósofo, alquimista, pensador y médico especialista de la Edad del Despertar, el cual llegó a ser una de las entidades más reconocidas en los ámbitos científicos de la investigación alquímica. Si bien, para el año 512 de la Segunda Era, ya no se encontraba en este plano, destacó en una serie de indagaciones y pensamientos los cuales tuvieron mas incidencia y relevancia en la Edad de los Cambios. En sí, para la época, al menos, su pensamiento era muy disonante y controversial, por lo que su mayor obra nunca logró ser realmente admirada. Aun asi, pensadores de la Tercera Edad, tomaron esa obra, “El Orden Mayor y sus Decadentes Manifestaciones”, como base para el analisis que cambiaron la forma de pensar del mundo entero.

Estas fueron algunas palabras que destacan en el libro nombrado:

  • “Desde los inicios hemos delimitado en forma prosaica y poco exacta la creencia de que todo está establecido por una fuerza mayor, y que ésta predomina, aunque intangible o visible existe y trafica sobre nuestras cabezas con nuestros más profundos pensamientos”.

  • “¿Por qué creemos que los Dioses nos han creado, si ellos desconocen la naturaleza de nuestra más básica esencia? ¿Siquiera estos reyes en palacios de estrellas pueden caminar entre nosotros?”.

  • “El único dios que habla, camina y siente, es UNO MISMO, solo que no comprende el poder que carga. Inventa ilusionado por el miedo a la perfección, la representación inútil de algo mayor como ente dador de vida para desligarse de sus responsabilidades como todopoderoso”.

  • “Ya lo dijo Kahjaal entre versos a su pueblo y hoy su pueblo considerado “salvaje” es más pensante que el más avanzado de los Kutae: “De no creer quien crea que existen dioses entre nosotros y no se ven. Si dichas criaturas pudiesen transitar nuestro mundo libremente, el suelo sería un terremoto en cada paso y un huracán cada palabra”. Y muchos prefieren hacer caso omiso de dicha revelación exacta y demostrada, de que si hay antiguos dioses entre nosotros, sufriremos cada día su presencia como otro rasgo de muerte”.

NOTA: Kahjaal Al’Hal fue un brujo y chamán Kani que vivió en la Edad de los Tronos. Su palabra no hubiese sido más que sabiduría para su pueblo, de no haber sido que fue secuestrado por Kutaes que dominaban el territorio de Gromme, con el objetivo de pedir a cambio de él que los Kani abandonaran el territorio. Kahjaal nunca fue rescatado, pasando dos años en una celda hasta su muerte. Un sacerdote del templo a los Guardianes transcribió cada palabra que el viejo Kani emitió, y al tomo lo llamó “Pensamientos y Memorias del Chamán”.

Durante varios siglos, el profeta fue la base para nuevos pensadores que llegaron a cuestionarse cosas tales como la creación misma. De ello decanto una intensa investigación de ámbito casi mundial, en la cual participaron alquimistas, médicos, científicos, sacerdotes y hasta las fuerzas militares de diversas instituciones. El objetivo, tomando las palabras de Mefires respecto al Kani Kahjaal, era dar con estas entidades de sumo poder superior, esperando que estas estuviesen dispuestas a ayudar en sus respectivas causas.

Fue entonces que, durante la Edad de los Cambios, emergió de entre las antiguas entrañas de la tierra misma, entre las antiguas ruinas de una de las primeras civilizaciones Edra, un hombre llamado I’Jalrok. Este Kutae, había pasado décadas estudiando los secretos de la magia Edra, y con la ayuda de Kragna, desveló su poder más antiguo, logrando hacerse con una serie de artefactos mágicos que remiten a la esencia de Cimara, la primer Edra, semilla primigenia del dios Tribak.

Así, bendecido por dos Guardianes, I’Jalrok también conocido como “El Palido”, se transformó en el primer Dios Caminante, una entidad de sangre mortal, pero con el poder de los dioses creadores. Sus primeros actos fueron transmitir sus conocimientos a una serie de eruditos dispersos por todo el mundo, los cuales fundaron clandestinas escuelas de magia para cualquier ser no necesariamente noble.

A pesar de su buena voluntad, vivió una corta vida de apenas seis años como semidiós. Poco después de ascender, muchos grupos religiosos de todo tipo, pero por sobre todo adoradores de los dos Guardianes mayores Tribak y Memron, abocaron día y noche a planificar una estrategia para acabar con la vida de El Pálido, lo cual resultó finalmente con una encarnizada batalla en la región de Oxx, que finalizó con la muerte del dios caminante. Sus restos fueron incinerados, al igual que todas sus pertenencias personales y los artefactos confiscados.

Kog’Madra

Fue el segundo Dios Caminante que el mundo vería, un Grog heredero del linaje Madra. Esta familia de antiguos reyes brujos descienden del mismísimo Takhhamakar quien se relacionó estrechamente con todos aquellos Grogs que se sentían más atraídos por Kragna que por su dios creador Memron, y gracias a ello el linaje decantado nucleaba la natural brutalidad Grog con las peligrosas magias oscuras. La vida y proezas de Kog’Madra están bien datadas y desarrolladas a lo largo del libro llamado Dogma de la Mano Madra, un texto del cual hay muy pocas replicas, por lo que estan muy bien reguardadas a lo largo y ancho de Arekhar.

Kog’Madra fue asesinado en el año 26 de la Era Tercera, por el mismo Ernes Yakar, Rey del Primer Imperio Kutae: Nothgar. Tras su asesinato, Yakar paso a reclamar los derechos a aquellos objetos de poder que habían vuelto a Kog un Dios Sobre la Tierra, pero los eruditos del mismo no lo permitieron, huyendo con su cuerpo y los mismos artefactos, para refugiarse entre las tantas antiguas ruinas dispersas por todo el ancho y largo de la region de El Páramo.

Yakar y su inmenso ejercito, pudieron haber encontrado a los eruditos de Kog antes rapidamente, de no haber sido que, estos mismos, ya habían visualizado la posibilidad de perder a su Gran Maestro en manos del imperio y por ende ya tenían una cámara acondicionada con todo el ritual necesario: abrirían una puerta al Limbo y traerían en forma espiritual a Kog para devolverlo a su cuerpo sin vida.

Lo que los eruditos de Kog’Madra no sabían, es que gran parte del conocimiento obtenido para lograr dicho ritual fue aportado por el mismo Kog el cual lo había extraído de las antiguas ruinas que los hijos de Kragna cuidaban. Dicho conocimiento no fue aportado de buena voluntad, sino por la fuerza, y esto hizo que el ritual mantuviese una serie de fallas teóricas mínimas pero relevantes que causarían efectos sumamente mortíferos para los eruditos, y otros sumamente catastróficos para el resto del mundo.

La trasgresión terrenal

  • Fue la incidencia de forma real no espiritual pero si en esencia “mágica” del Limbo y los demas planos en el “Plano Real”. El intento de “puerta” fue más en realidad una fisura dimensional de altísimo nivel que causó grandes desastres a nivel global. De por si las almas de todas las criaturas vivas que se encontraban en las cercanías fueron absorbidas por el vórtice, mientras que desde el mismo emergieron a nuestro mundo muchas entidades espirituales y materiales de varios caracteres posibles.

  • La incidencia planar no solo fue generada por El Limbo, sino que tambien llegaron a nuestro mundo, criaturas de otros planos, como el Espiritual o el Elemental. Aun asi, se le da imporancia al primero nombrado, ya que en él, van a parar las almas de todas las criaturas vivas que los Guardianes vieron nacer. Dichas almas son juzgadas por Bjorg, y de ser almas de personas que obraron negativamente, son condenadas a vagar por el desierto eterno. Y por esto, muchas almas que pasaron a nuestro lado estaban sumamente corrompidas y llenas de magia oscura, maldiciones y odio al mundo de los vivos.

La Reivindicación Áurica

  • Fue lo que su nombre representa: la esencia mágica de muchos objetos, lugares o entidades se vieron forzadas a mutar o simplemente abandonar su eterno descanso para transitar por el mundo hasta que el Dominus le diera otro lugar sobre el cual Gobernar. Los principalmente afectados fueron los artefactos mágicos dispersos por el mundo y los objetos más mundanos habidos y por haber: mientras que poderosos báculos se transformaron en simples palos para caminar, una simple hoz de un alquimista montañez se volvía una segadora maligna que robaba la vida de lo que cortaba.

Ambos acontecimientos duraron apenas unos diez minutos, pero el tiempo transcurrido fue lo suficientemente largo como para que el mundo se sumiera en un caos sin igual. Las criaturas fantasmagóricas y los demonios que habían atravesado la grieta al Limbo no tardaron en dispersarse por todo el mundo, causando estragos. Lentamente, con el pasar de los meses, tanto los sacerdotes a diversas religiones abocadas a la búsqueda de la paz, la luz y la bondad, dedicaron días y noches junto a eruditos mágicos de todas las especies a combatir a estas criaturas malignas. Algunos prefirieron hacer caso omiso a su existencia dejando que estas se dispersen por el mundo, y algunos otros, tal vez mortales de peor calaña que los mismos demonios que se escondían en las sombras, hicieron acuerdos, pactos e incluso comunión con estos seres para dotarse de ese poder antiguo y olvidado. A estos últimos se los conoce actualmente como Pactarios y a sus descendientes, Marcados.

Los Marcados son criaturas de cualquier especie que se encuentran dispersas por el mundo. A una cierta edad, se deslumbra en su piel una o varias características físicas que asimilan a la entidad con la que el Pactario primero hizo el trato. Son poco comunes, pero suelen verse algunos hoy en día y tienden a formar comunidades con otros Marcados, ya que la gente tiende a discriminarlos por tener en su sangre el “gen” de antiguas criaturas de otros planos.

Ur’Jay

Outhar Jameyel Tercero, también conocido como Ur’Jay, fue un poderoso mago y desarrollado médico de guerra que vivió en las últimas décadas de la Edad de los Cambios, y fue quien, en sí, puso fin a la misma. Su desarrollo personal venía siendo el de la familia: reconocidos domadores del Dominus que imbuían la esencia del misterioso poder ancestral en las armas de sus hombres para que estos lograsen grandes hazañas en combate. Como ya se dijo antes, la magia per se no se conocía como el día de hoy y lo que podía conjurarse, era conocimiento heredado por el concilio mágico de cada reino. El Edra, originario del territorio de Antiguo Verde, por más mago que fuese, era tan mortal como cualquiera. Y como cualquier otro mortal, sentimientos como el amor o la devoción lo impulsaron a llevar a cabo acciones estúpidas y caóticas.

Jameyel formaba parte del concilio real de Pico Ventoso, la fortaleza principal de la República Independiente de Niorn en aquellos tiempos. Si bien el poder que había aprendido lo había logrado gracias pertenecer a una familia de Archimagos de Niorn, aun así, consideraba que en esencia él era alguien superior, y que, cuando era llamado por el concilio, él aceptaba unírseles, más que seguir una orden. Por aquel entonces, el Archimago se había casado con una plebeya llamada Meluhe, la cual no pertenecía a familia alguna de renombre y esto, le trajo serios problemas, llevando a Jameyel a perder algo de su prestigio. Aun así, pedante, no daba el brazo a torcer, y ante cualquier solicitud del reino de Niorn, imponía costosas remuneraciones, las cuales la corona terminaba aceptando más por cansancio que por conveniencia. Fue así que, con muchas negociaciones, la corona de Niorn ordenó al arcanista, participar de una contienda que se llevaba a cabo en los paupérrimos muros de la ciudad portuaria de Norugan, organizado por un movimiento tribal que dominaba el sureste del territorio lindante. El reconocido artesano mágico acudió, con la condición de recibir, además de una exuberante paga, que su esposa, Meluhe, recibiese una de las mejores atenciones médicas, ya que ella sufría una terrible enfermedad y en su ausencia, él mismo no podría cuidar de ella.

Cabe también destacar, que Jamayel pasaba largas horas confinado en la capilla a Kutzakel, ya que en él depositaba su fe y su confianza, incluso por encima de Tribak, su creador. El mago afirmaba que el poderoso guardián velaba por su desarrollo en la magia y que, algún día, lucharía contra quien fuese necesario para ser su campeón en la tierra.

El asedio a Norugan duró varios días, y el enfrentamiento fue conmemorado con el nombre de Gal’dar Gar, capitán de los comandos de primera línea de Pico Ventoso, que perdió la vida en el enfrentamiento. Cuando las pocas fuerzas pertenecientes al enemigo se retiraron bajo la bandera de la derrota, entre las bajas se contaban más de quinientas vidas humanas entre ambos bandos, y al mismo Jamayel del cual no se habían encontrado restos. Pasaron seis días, y los rumores de su muerte ya habían recorrido toda la región de Gromme. Aun así, entre las ruinas de la muralla exterior, en un túnel estrecho cavado a pala por contrabandistas, encontraron al Archimago, inconsciente, el cual se había desvanecido por las heridas, la sed y el hambre, sujetando con fuerza aun su símbolo sagrado del dios arcoíris, al cual le había rezado hasta desmayarse que si llegase su muerte, renunciaría a Bjorg y al plano celestial, con tal de que este salvara a su amada. Tardó días en recomponerse, y cuando pudo subirse a un carruaje, emprendió su regreso a Pico Ventoso. En su ausencia, no solo se le dio funeral a su alma, sino también a su querida esposa, la cual murió de angustia al enterarse de la triste noticia.

Si bien en Pico Ventoso le esperaba una gran silla junto a los líderes, su alma había muerto con los últimos recuerdos que aún vivían en su mente de la hermosa Meluhe. Lleno de rabia y tristeza, sintiéndose traicionado por su fe y por su reino, se dio a vagar por las cadenas montañosas hasta perderse del alcance del ojo humano. Fue la ambición por el poder y la búsqueda del más allá, que lo fue volviendo cada día más y más loco. Rogó a los cielos, al mismo Kutzakel, Dios del Tiempo y del Poder, que le permitiese volver junto a su amada, atrás, en el pasado. Miles de plegarias, que no obtuvieron respuesta alguna, fueron el motivo por el cual Jamayel maldijo a Kutzakel por abandonarlo, y juró vengarse.

Las tribulaciones físicas y mentales de Outhar lo llevaron a perderse en los amplios y profundos territorios del Páramo de Helorius y cambiar su nombre a Ur’Jay. Allí, planeó su venganza. En sus búsquedas de poder, fue una sugerencia, o más bien un susurro en el viento del mismo Dominus, lo que lo guio hasta lo más profundo de un bosque desconocido, y de allí, a una extraña mina que llevaba siglos abandonada. Allí, encontró sellado por poderosos conjuros una cámara que contenía una de las reliquias pertenecientes al mismísimo Dios Caminante Kog’Madra. El descubrimiento fascinó de tal manera la mente del hombro loco, que no lo pensó ni dos veces, y comenzó a aprender y absorber tanto conocimiento y poder fuese posible del mismo, al punto de fusionarse prácticamente con él. En ese punto, Ur’Jay abandonó lo último de su alma, que lo hacía humano, para transformarse en una entidad sobrenatural y mágica, la cual podía extraer la esencia mágica de las cosas, y detectar las grandes modificaciones en nuestro plano, producto del Dominus.

Fue así, que a Ur’Jay no le costó prácticamente nada, dar con la ubicación exacta de la inmensa cascada, donde interminablemente, un rayo de luz blanca pasaba a través de ella formando un gran arcoíris y así se dividía en los colores que protegían al mundo del avance de las profundidades sobre la tierra. Como era de esperarse, Ur’Jay no dudó ni un segundo de su decisión, estúpidamente, sin tener en cuenta las consecuencias que traería al mundo. En segundos, el cielo nocturno del El Páramo se iluminó como si el día llegase a paso acelerado, y luego, un estruendo que seguramente dejó sorda a una generación entera, se oyó hasta en el lugar más recóndito de Arekhar. Donde alguna vez había existido una larga cordillera montañosa, ahora solo quedaban dos picos separados por un fiordo no natural, una gran grieta o fosa, que había sido cavada con un destello de poder tan grande, que había consumido incluso al conjurador que había invocado tal poder. Eso ocurrió en el año 588, poniendo fin a la Segunda Era, pasados apenas 77 años desde el fin de la Edad de los Descubrimientos.

“La Crisis de las Aguas Rojas”. Así se llama históricamente al suceso que también dio fin a la Edad de los Cambios. Uno que trajo consigo grandes estragos a nivel mundial, tanto así que algunas capitales se perdieron y el nivel de producción armamentístico se vio aumentado en gran escala: el canal entre Kutzakel y el mundo real se había perdido, por lo que, Orwhn, el Exiliado, ya no tenía a nadie que pudiese detenerlo de destruir Arekhar. Con el fin de la Era, también llegó el fin de Ur’Jay, el cual no solo fue borrado de la historia de Niorn, sino también repudiado su linaje y eternamente maldecido por todos. Se desconoce si su alma llegó al Limbo, pero las teorías recalcan que su alma fue consumida por el mismo Kutzakel una vez que el Archimago llegó a los dominios de Bjorg. Llamativamente, hoy en día Ur’Jay es adorado por sectarios y cultistas, atribuyéndole el título de Dios de la Magia Destructiva. Aun así, su culto está prohibido mundialmente.

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