"De no creer quien crea que existen dioses entre nosotros y no se ven. Si dichas criaturas pudiesen transitar nuestro mundo libremente, el suelo sería un terremoto en cada paso y un huracán cada palabra.".
- Kahjaal Al’Hal
Panteones de Arekhar
Por diversas causas a nivel global, como lo es el paso del tiempo, la aparición y desaparición de diversas etnias, la influencia de diferentes pensadores y filósofos, la caída de imperios, el surgimiento de nuevas potencias e incluso la influencia mágica de diversos eventos a lo largo y ancho del mundo, es que ha habido muchas divinidades en Arekhar.
Por ello, es que, actualmente, los grupos de dioses o panteones de adoración, se dividen en tres grandes grupos: los Arekhi, los Guardianes y los Primeros.
Los Arekhi
Son los dioses creadores del universo. Dos entidades completamente opuestas, que lucharon hace miles de millones de años entre sí, sin un motivo aparente, salvo destruirse el uno con el otro. En esas batallas, desperdigaron su esencia mágica y parte de su materia, dando a luz a los Guardianes, seres celestiales de nacidos de su misma estirpe, mezclados en partes iguales.
Los Guardianes
Son entidades divinas superiores, descendientes directos de los Arekhi. Si bien su esencia física, mental y mágica refiere a los dos creadores del universo, tienen mente propia y tomaron decisiones por sí mismos, a la hora de tratar de proteger o destruir el universo. Si bien se entiende que no gozan de sentimientos mortales, protegen a sus hijos y creaciones.
Los Primeros
El panteón de Los Primeros, son las primeras entidades de cada especie, que, por el hecho de haber sido engendrados de dioses como Los Guardianes, se consideran también entidades divinas.
Muchos de ellos, luego de completar su misión en Arekhar, decidieron unirse a sus creadores en el plano celestial. Otros, se encariñaron tanto con el mundo y su descendencia, que decidieron quedarse en el plano terrenal, para disfrutar su inmortalidad.
Las Religiones Prohibidas de Arekhar
Hay una serie de divinidades menores, por debajo incluso que Los Primeros, que son conocidas por haber sido entidades de altísimo poder que trajeron sabiduría y paz en algunos casos, y en otros, caos y destrucción. Estas entidades, si bien duraron poco en nuestro plano existencial, y se desconocen de su existencia en planos superiores, son aún adorados por seguidores a su causa, quienes buscan su poder o sabiduría, para algún día ocupar su lugar en la historia de Arekhar.
La Dualidad de los Dioses
Si hay algo que define la religión en el mundo de Arekhar, es la necesidad de los seres vivos de sentirse respaldados por el legado divino de una entidad superior. Esa búsqueda de guía les permite justificar sus decisiones, defender sus posturas o seguir un camino particular, amparados por la voluntad de un dios.
Sin embargo, la interpretación de los actos divinos está lejos de ser absoluta. Lo que para algunos puede representar un gesto de buena fe, para otros puede ser visto como un acto desmedido de odio, cobardía o injusticia. La mirada sobre los dioses siempre está atravesada por la subjetividad.
¿Y cuál es el propósito de esta introducción? Comprender que todos los dioses son, al mismo tiempo, “buenos” y “malos”, según quién los observe. Algunos temerán el lado oscuro de una deidad, mientras que otros lo adorarán. Habrá quienes justifiquen actos crueles como necesarios, y quienes consideren que una acción noble fue en realidad un error. En Arekhar, los dioses no son figuras perfectas ni unívocas; responden a las plegarias de sus seguidores desde el aspecto que estos decidan venerar, y otorgan sus favores conforme a esa devoción.
Esta dualidad no se limita a una simple división entre el bien y el mal. A veces, la justicia llevada a cabo con excesiva severidad puede causar daño, y a veces, una justicia demasiado indulgente puede permitir que el mal quede impune. La dualidad de los dioses se manifiesta como una cara iluminada por el sol, y una sombra inevitable proyectada detrás. Ambas forman parte de su esencia, de su poder, y de la manera en que influyen en los sentimientos y acciones del mundo mortal.